miércoles, 25 de enero de 2012

18.Una Cita


Vista de Estambul desde Beyoğlu, Diciembre 2011



El lunes 12 de diciembre terminaron los exámenes parciales. Su final marcó el principio de una espera. El jueves 22 de diciembre a 665 kilómetros de distancia tenía una cita. El autobús que tomé en Konya, a orillas del campus, hacia la medianoche, cruzó buena parte de la península de Anatolia, sin mayores incidencias, en 10 horas. Aproveché la travesía nocturna para leer un ensayo de John Berger, para el cual, o contra el cual, debíamos elaborar una respuesta escrita. Quizás soñé con La Vocación de Mateo de Caravaggio. Sé que algo me hizo evocar la erupción de 1883 del volcán Krakatoa.

No voy a sucumbir a la tentación de sugerir que, al llegar a mi destino, mientras cruzaba el distrito de Sultan Ahmet, edificios y esquinas parecían envueltos por un aura de familiaridad. Nada tendría esto de extraordinario o de sobrenatural. En Estambul confluyen todas las ciudades del mundo.


Tras dejar mis cachivaches en un hotel muy cercano a la Mezquita Azul y dar una vuelta por "el barrio", - el barrio donde también se yergue Hagia Sofía que fuese basílica patriarcal ortodoxa durante cerca de mil años-, me dirigí al Atatürk Uluslararası Havalimanı o Aeropuerto Internacional Atatürk. Llegué puntualmente, el vuelo LX1804 de Swiss Air también. Cuando le vi cruzar las puertas automáticas tirando de dos maletas, ya me sonreía. El pertinaz bullicio a nuestro alrededor se extinguió. Nos fundimos en un abrazo. Exactamente 3 meses después de nuestra despedida en el aeropuerto de Son Sant Joan, Ruth, mi esposa, llegó a Estambul para pasar unas navidades que ninguno de los dos olvidará jamás.

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