"Ven
quienquiera que seas,
ven aunque seas un infiel, un pagano,
o un adorador del fuego, ven.
Ven, nuestra hermandad no es una hermandad de desesperanza.
Incluso si has roto tus votos cien veces,
ven".
Rumi
(1207-1273)
Quisiera poder decir que estos versos de Mevlana me inspiraron a emprender la aventura de un año Erasmus en Anatolia Central. Pero lastimosamente no fue así. Entre todos los sitios posibles en las dos convocatorias de becas Erasmus del año académico pasado (2010-2011) Konya sin duda destacaba por ser uno de los destinos más al Este que se podía encontrar, y por si fuera poco, una de las escasas oportunidades de estudiar en Asia; en Asia Menor para ser más exactos. Yo que en la segunda convocatoria estaba cruzando los dedos para que se liberara una de las plazas de Estudios Ingleses de una universidad en Polonia, quedé deslumbrado ante la posibilidad de hacer mi tercer año de carrera en la república fundada por "el lobo gris", Atatürk, entre minaretes y llamadas a la oración, entre compañer@s que hablarían una lengua que, según había leído, le permitía a quien la dominara, cruzar media Asia, desde Estambul hasta el Noroeste de China, sin mayores dificultades a la hora de comunicarse con la multitud de gentes que pueblan esta parte del planeta. Ante mí también se abría curiosamente la posibilidad de regresar a un lugar del mundo con el que guardaba un leve y distante vínculo. Uno de mis bisabuelos había emigrado a Honduras hacía alrededor de un siglo procedente de un pueblo de Palestina, que en aquel entonces formaba parte del Imperio Otomano.
"Sema", derviches giróvagos, Centro Cultural Mevlana, Konya, Turquía Octubre 2011 |
Quisiera poder decir que el universo ha conspirado para traerme hasta aquí. La verdad es que hasta donde yo puedo ver me ha traído aquí el trabajo de distintas personas. Desde el de mi tutora Erasmus, la Dra. Paloma Fresno en la UIB, pasando por el de Magdalena Lladó del Servicio de Relaciones Internacionales y el del Coordinador de Movilidad, y mi tutor de carrera, Dr. Igor Prieto, hasta el de Rana Sağıroğlu y Yağmur Küçükbezirci de la Facultad de Lengua y Literatura de la Universidad de Selçuk, y el de otras personas que seguramente han hecho más de lo que yo podré agradecerles por permitirme estar escribiendo esto ahora. A todas estas personas quiero darles las gracias públicamente y decirles que de alguna forma han contribuído a acentuar un raro trastorno del que creo padecer; el de la "paranoia inversa" que, tal como J.D. Salinger, otra de sus víctimas, explicó en su momento, consiste en creer que la gente conspira para hacerle a uno feliz...
"I am a kind of paranoiac in reverse. I suspect people of plotting to make me happy." J.D. Salinger, writer (1919-2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario