"La Niña Gitana", Museo Zeugma, Gaziantep |
Al regreso del viaje por parte del este de Turquía, que había emprendido durante las vacaciones por la Fiesta del Cordero, le siguieron un par de semanas de preparación para los exámenes parciales. Aun conservaba vivo en la memoria el dulce sabor de los albaricoques de Malatya, "kayısı",cuando el sábado 3 de diciembre, a la una de la tarde en punto, dió inicio el examen de Linguistics I, el primero al que me sometería en la Universidad de Selçuk. A éste le siguieron el lunes 5, el de Literary Criticism I. El martes 6, el de American Drama, el miércoles 7, los de English Literature IV y Short Story I , el jueves 8 el de Advanced Reading & Writing y el viernes 9, la examinación oral de English Novel III acerca de Cumbres Borrascosas.
El período de exámenes no solamente fue desafiante por las evaluaciones. El lunes 5 de diciembre por la mañana, antes del examen de Literary Criticism I, salí sin rumbo fijo en busca de un nuevo apartamento tras no haber podido llegar a un acuerdo con el que en aquel entonces era mi compañero de piso en lo referente a la necesidad de mudarnos. ¡Tuve mucha suerte! Treinta y seis horas más tarde me habían abierto las puertas de una residencia de estudiantes privada muy cercana al campus, gracias al hecho de haber trabado amistad con algunos compañeros de cuarto año a los que les había preguntado por curiosidad, tiempo atrás, acerca del lugar en el que vivían. Cuando estos compañeros se enteraron de que buscaba un sitio para quedarme, inmediatamente hicieron lo necesario no solamente por que me aceptaran en la residencia, sino también por que me pudiese quedar en la misma habitación que ellos. Insisto, tuve mucha suerte. Los estudiantes a los que conocía no solamente eran buenas personas. Por ser alumnos de cuarto año, y haber vivido aquí desde que iniciaron sus estudios universitarios, gozan dentro de la residencia de cierto prestigio e incluso de cierta autoridad. Lo que sin duda me facilitó mucho las cosas al llegar a esta nueva etapa de mi vida en Turquía.
Cemil se ocupó de todos los "trámites a nivel administrativo", lo que significó, hablar con distintas personas dentro de la jerarquía de la residencia para que me facilitaran la entrada a la misma e incluso para que me hicieran un descuento especial. Burhan se dió a la tarea de hacerme sentir como en casa desde el primer momento. Yusuf se encargó, y se sigue encargando de hacerme sonreír y a veces hasta de hacerme reír a carcajadas con sus ocurrencias. Hoy ya no tengo palabras para seguir...O quizás si...¡Mamá, gracias de nuevo!
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