lunes, 21 de mayo de 2012

63.La cuenta atrás





























Es difícil de creer. Dentro de unas cuantas semanas, mi Erasmus en Turquía habrá llegado a su fin. Recuerdo como si hubiese sido ayer, la ilusión con la que rellené los formularios en marzo del año pasado; mi alegría al leer la resolución de la convocatoria en abril. Hoy, me llama la atención la asertividad con la que elegí mi posible destino a pesar de no saber mucho acerca de Konya o acerca de la Universidad de Selçuk.

Desde entonces, muchas de las experiencias que he tenido, muchas de las personas que he encontrado en el camino, brillan cada cual a su manera dentro del curioso mosaico de anécdotas, sueños, coincidencias y conversaciones que ha ido tomando forma a lo largo de estos ocho meses. A veces, se cierne sobre mí la sombra de la sospecha: todo esto ya estaba escrito.


La creencia de que el universo es un libro tuvo y sigue teniendo adeptos en estas tierras. De acuerdo a esta misma creencia, aquello que vemos, lo que percibimos, no es más que parte de la revelación. El resto se esconde detrás de nuestros sentidos.


Turquía es un laberinto de aromas, sabores, sónidos, colores y sensaciones que me tientan a seguir explorando sus pasadizos, sus bazares, sus estanterías, que me invitan a escrutar sus cielos y sus miradas, detrás de un vaso de té. Dentro de unas cuantas semanas, mi Erasmus en este país estará llegando a su fin; no así la pasión que una seductora geografía arrima o aboca hacia el infinito.

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