miércoles, 7 de marzo de 2012

33.La Costa de las Amazonas

La isla de Giresun, la más grande de todo el Mar Negro
Vista desde la fortaleza de la ciudad
Provincia de Giresun, Turquía
Febrero 2012























De los caminos que llevaron a Roma, muchos pasaron por lo que hoy conocemos como Turquía. Se cuenta que en Giresun, antiguamente llamada Kerasun, los romanos descubrieron las cerezas, de aquí el nombre de éstas. Su sabor se expandiría por el globo, encendiendo los paladares del mundo, convirtiéndolas en avatares del deseo, la revolución, pasiones, fortuna y fantasías.

Hamsi, Giresun, Turquía
Febrero 2012






















La formidable ferocidad de las amazonas en combate también sería oriunda de estos parajes. Hay comerciantes en Giresun que no lo olvidan; los nombres de sus negocios dan fe de ello. Me tomaron por sorpresa la relativa pequeñez y la vitalidad de la ciudad. No así la amabilidad de sus habitantes, el cautivador gusto del hamsi y la dulzura de sus postres. Yo que a ratos a fuerza de tentempiés me siento como una opaca encarnación de Pac-Man, el redondo Comecocos, sobre este circuito de asfalto que tiene por fondo el Mar Negro, doy fe de ello.

Bülbül Yuvası, en un local llamado "Klass"
Giresun, Turquía
Febrero 2012


lunes, 5 de marzo de 2012

32.El Monasterio de Sumela

Monasterio de Sumela, Maçka, Trabzon, Turquía, Febrero 2012























No muy lejos de Trabzon, emergiendo de entre el bosque y las rocas de un acantilado  se encuentra el monasterio de Sumela. Fundado en el siglo V y abandonado varias veces en el transcurso de su larga historia, fue habitado por  monjes ortodoxos griegos hasta hace poco menos de cien años. 

Fresco, Monasterio de Sumela, Maçka, Trabzon, Turquía























Algunos de los antiquísimos frescos que adornan la roca dentro del monasterio han sido dañados cruelmente. Si se llega temprano, antes de que l@s demás viajer@s  alcancen la altura desde la cual el monasterio parece inclinarse ante la magnificencia de las montañas que lo rodean, o si se espera pacientemente a que aquell@s ejecuten sus rituales fotográficos, sus voces se apaguen y el eco de sus pasos se desvanezca, acaso se pueda disfrutar de algo del silencio y la paz que alguna vez arropo la contemplación de algunos de sus huéspedes. 


Monasterio de Sumela, Turquía, Febrero 2012






















En una habitación más grande que una celda, cerca de lo que en su día fue la cocina del monasterio me senté a contemplar el paisaje y recordé unos versos de Emily Dickinson que dichosamente había leído la noche anterior: 

Your thoughts don't have words every day
They come a single time
Like signal esoteric sips
Of the communion Wine
Which while you taste so native seems
So easy so to be
You cannot comprehend its price
Nor its infrequency

Emily Dickinson (1830-1886)

Vistas desde el Monasterio de Sumela
Turquía, Febrero 2012

viernes, 2 de marzo de 2012

31.Trabzon

Monumento a Suleyman El Magnífico,
a orillas del Mar Negro
Trabzon, Turquía, Febrero 2012



Trabzon posee una vigorosa vida comercial. En el centro de la ciudad uno se olvida de estar a orillas del Mar Negro. Pero algo en las oleadas de gente que viene y va por la zona peatonal que la atraviesa me lo recordó. Quizás fuesen los grupos de jóvenes, todos ellos hombres, que como escualos se mueven rápidamente y en grupos entre la multitud. No pude evitar pensar que muchos de ellos serían seguidores del Trabzonspor, el único club turco que en los últimos años le ha sabido plantar cara a los tres grandes equipos de fútbol de Estambúl.

Plaza central de Trabzon temprano por la mañana
Febrero 2012

Trabzon fue cuna de Suleyman el Magnífico, el sultán bajo cuyo mandato el imperio otomano alcanzó la cúspide de su esplendor. Pero antes de pasar a manos otomanas la ciudad puerto había sido colonia griega y capital de lo que se conoció como el imperio de Trebisonda. De aquí fue originaria la familia del humanista renacentista cretense Jorge de Trebisonda.

Vistas de Trabzon desde Boztepe,
colina al sur de la ciudad
Febrero 2012

Hace poco menos de cien años, cuando el imperio otomano se desmoronaba hubo quien pensó fundar aquí una república griega. El advenimiento de Atatürk disolvió esa idea y hoy en día Trabzon se considera uno de los bastiones del nacionalismo turco.



Vista del atardecer en el Mar Negro,
Boztepe, Trabzon, Turquía
Febrero 2012

miércoles, 29 de febrero de 2012

30.Karadeniz

Vista del centro de Rize, a orillas del Mar Negro, Turquía
Febrero 2012























A lo que en castellano llamamos Mar Mediterráneo, en turco se le denomina Akdeniz, que quiere decir  Mar Blanco. A lo que denominamos  Mar Negro, en Turquía se le llama Karadeniz, que quiere decir exactamente lo mismo: Mar Negro. Me fuí de Tiflis pensando en ese mar, con la ilusión de irlo bordeando hasta agotar las vacaciones. Tenía la ruta ya más o menos trazada desde antes de la incursión en Georgia, denominada Gurcistan en la lengua turca.

Sabía que tenía que probar el té, las manzanas, las avellanas y el hamsi,- anchoas/boquerones - preparados a la manera típica de Karadeniz. También sabía que me estaba adentrando en el Lazistán, tierra de los laz, un pueblo del cáucaso emparentado con los georgianos étnica y lingüísticamente, mas convertido al Islam en tiempos del imperio otomano.


Para no perder la costumbre tuve que hacer un baklava y un çay en Dergah.
Hubiese querido hacer una foto del ritual, pero el postre "voló" y no me acordé
sino hasta que salí del local.
Rize, Febrero 2012
























Tomé un bus en la capital georgiana, que en su inverosímil ruta "Tiflis-Esmirna", de alrededor de 1,500 kilómetros, cruzó la frontera por el paso de Sarp y me dejó en Rize al cabo de siete horas y media de viaje. Me sentí contento de regresar a Turquía, donde después de cuatro meses y medio de estancia me desenvuelvo con relativa soltura en estaciones de autobuses, vestíbulos de hoteles y demás sitios que Marc Augé dió en llamar "no-lugares". 

Rize es famoso por su té. Aquí se cultiva buena parte del mejor çay que se produce en Turquía. La proximidad con el mar le otorga además a este rincón de la geografía turca, el privilegio de inviernos menos rigurosos. Recuerdo a un señor que me recibió en un local moderno y bien iluminado en una de las esquinas más centricas de la ciudad. Le pedí un durum y tuvo que hacerlo tres veces porque, según él, no le salía bien. Yo me hubiera comido el primero que había hecho sin ningún problema. ¡Pero ni se me cruzó por la mente discutir con aquel aplicadísimo üstad - maestro!


Interior de una casa otomana, Museo de Rize

martes, 28 de febrero de 2012

29.Sopa de Letras




Alrededores de la Plaza Pushkin,
Centro de Tiflis, Georgia
Febrero 2012























La Cólquide, el rey Eetes, su hija Medea, Jasón y los argonautas, el vellocino de oro, Iberia, el caso ergativo, - presente en las lenguas mayas y en el euskera entre otros -,  la Iglesia ortodoxa autocéfala georgiana, los vinos dulces, los vinos secos, mitos e historias que la Fortuna derramó sobre Georgia, o mejor dicho sobre Sakartvelo. L@s georgian@s no se autodenominan "georgian@s" sino Kartveli, descendientes de Kartlos un ancestral y legendario líder nacional. Lo de "georgian@s" les vendría de la palabra Kurj con la que los árabes se refirieron a ellos, o de "geo+ergon", "trabajador de la tierra, granjero, campesino", que fue la tesitura en la que los griegos les encontraron.


Parada de marshrutkas,
Centro de Tiflis, Georgia
Febrero 2012


En un fragmento de la Anábasis se relata, no sin algo de perplejidad, que algunas de las tribus georgianas encontradas por los griegos a su paso por estas regiones, acostumbraban hacer en público lo que los "pueblos civilizados" solían hacer sólo en privado y viceversa, o sea que, los individuos de estas tribus solían hacer en privado lo que los de otros pueblos hacían solamente en compañía de alguien. Hablaban sol@s, bailaban consigo mism@s y esto a los helenos, al parecer, les desubicó. Si Jenofonte nos viera hoy en día...

Centro de Tiflis, Georgia
Febrero 2012


Treinta y tres letras componen el alfabeto georgiano moderno: veintiocho consonates, cinco vocales. Treinta y tres caracteres posiblemente inspirados en formas arameas que acaso clamen por nuestra delicada atención o alienten nuestra rotunda indiferencia. No busqué sobres de sopa de letras en las pequeñas tiendas de Tiflis. Debí haberlo hecho.Tal vez no sea ésta la más tonta de las excusas que tenga hoy para regresar...

sábado, 25 de febrero de 2012

28.El Hombre de la Piel de Pantera

Puente de la Paz, sobre el río Kura,
 Tiflis, Georgia
 Febrero 2012
























El protagonista del poema épico nacional georgiano es un príncipe árabe. Éste, aunque herido de amor, ha de partir en busca de un misterioso y temible caballero de aire melancólico que va envuelto en las pieles de una pantera. Shota Rustaveli, cuya verdadera identidad naufraga entre las nieblas del tiempo, habría compuesto el poema en la segunda mitad del siglo XII, en tiempos de la reina Tamara, cuya familia se decía descendiente de la bíblica casa de David. 

La calle Pushkin conecta las avenidas Rustaveli y Baratashvili
Tiflis, Georgia, Febrero 2012






















Por sus referencias foráneas El Hombre de la Piel de Pantera - a veces traducido como El Caballero de la Piel de Tigre - quizás allane el camino a quien quiera ilustrar la diversidad demográfica de la población georgiana. En Tiflis, capital de esta encrucijada que llamaron Georgia, he podido leer y confirmar que los tipos físicos se confunden. Persas, griegos bizantinos, habitantes del Ponto y otomanos, entre otros, pasaron por aquí, dejando evidencia de sus incursiones en rostros, cabelleras, ojos y tez.

Cena en el Bar y Restaurante Marco Polo, 
(todo estuvo buenísimo y nada caro por cierto)
Avenida Rustaveli, Tiflis, Georgia
























Puede que por esto y por otras razones en Georgia no resulte particularmente difícil entrar en contacto con la gente, a pesar de que sean por lo general más discretos y mucho menos efusivos que sus vecinos turcos. De hecho, creo que dadas las condiciones apropiadas aunque en un principio guarden cierta distancia, los georgianos pueden resultar sumamente amenos.


La banda de Alex toca los jueves y los viernes en el Dublin,
en el 
número 8 de la colorida calle Akhvlediani, Tiflis, Georgia





viernes, 24 de febrero de 2012

27.Caminatas por Tiflis

Estación de metro Plaza de la Libertad,
Tiflis Georgia, Febrero 2012






















El olor de las palomitas de maíz ilumina durante el día los lóbregos pasajes subterráneos de Tiflis. En los túneles que conectan la avenida Rustaveli con la calle Pushkin, y esta última con la avenida Baratashvili se pueden encontrar,-entre puestos de fruta y prendas de ropa interior tejida en lana-, libros de historia, diccionarios y ejemplares del poema épico nacional georgiano. Los obscuros pasadizos que cruzan el río Kura, bajo el puente Baratashvili, han auspiciado sin duda más de algún amorío tiflisiano.


Parque Vake, Tiflis, Georgia
Febrero 2012






















Al otro extremo de la ciudad, más allá de la Plaza de la República, siguiendo por Rustaveli, se llega al Parque Vake, donde niños y niñas con la cara pintada de ilusión acudían con sus padres, sus madres o sus abuel@s tirando de pequeños trineos, buscando sacarle el mejor partido al invierno. En Tiflis pude además comprobar que una buena parte del teleauditorio georgiano está enganchado a La Casa de al Lado una telenovela producida en Estados Unidos por la cadena Telemundo, y doblada del español, en el típico estilo de la interpretación simultánea. Ya en Batumi había estado en un restaurante donde la familia que lo regentaba parecía hipnotizada por la dichosa telenovela. Y aunque dejasen a los clientes un poco a la deriva, me hizo gracia ser testigo de su devoción televisiva y del ardor con el que discutían durante la publicidad acerca del destino de una tal Ignacia.

Pasaje subterráneo en el distrito central de Tiflis, Georgia
Febrero 2012






















Observé a las familias georgianas por la calle y en los restaurantes. Me llamó la atención una tierna complicidad entre madres e hij@s, que delataba un juvenil brillo en los ojos de las primeras, aunque fuesen ya mujeres maduras. Me agradó la capacidad de l@s georgian@s de pasar desapercibid@s, de desvanecerse a lo largo de las aceras calladamente, sin dejar rastro. Pero también celebré su jovialidad sentad@s a la mesa, devorando kilos de carne roja y bebiendo litros de vino y de otros brebajes.