Acaso un viaje no sea más que un ejercicio de alquimia, una formula, una ecuación mediante la cual aquello que soñamos delante de un mapa adquiere formas, colores, sabores. Quizás la íntima relación o secreta complicidad, que desde tiempos inmemoriales cultivamos con croquis, mapas, planisferios terrestres y celestes ha logrado ocultarnos a nosotros mismos la magia que resplandece detrás de la transmutación de nuestras visiones en realidades.
El viaje, el sueño, transcurrió casi todo el tiempo a lo largo de un río que en un momento dado se convirtió en el Fırat, mejor conocido en castellano como el río Eufrates. Los cañones de piedra entre los cuales el río jugaba, me parecieron nobles, monumentales, estoicos ante la despiadada nevada. Más allá de los paisajes agrestes, pasado el pueblo de Erbaş algo detrás de los cristales capturó la atención de todos cuantos íbamos en el vagón número dos. Enmedio de la incesante nevada una forma furiosa, pesada, se afanaba en avanzar por la blanca ribera del río. Pensé que se trataba de un perro gordo. La vida en las ciudades ha conseguido que olvidemos sombras ancestrales que poblaron los sueños y pesadillas de nuestros antepasados, sustituyéndolas con siluetas con las que nuestra mente domesticada está más familiarizada. Hoy, dos días después, y a cientos de kilómetros de distancia continúo pensando en aquel jabalí. Algo poético había en aquella bestia solitaria. Intuyo que estábamos destinados a recordarla, y a olvidarla así, porque en su fantasmagórica fuga no tuve tiempo de echar mano de la cámara para probar más tarde que aquello no había sido un sueño.
Fui uno de los raros pasajeros que abordó el Doğu Ekspresi el miércoles por la mañana, en Devriği, una población enclavada en un valle totalmente rendido al blancor de las severas nevadas de los días y de las noches anteriores. Aquí, hacia el siglo IX floreció una secta armada de cristianos ascetas, inspirada por una de tantas herejías. Los Paulicianos condenaron entre otras cosas la veneración de la cruz.
El viaje, el sueño, transcurrió casi todo el tiempo a lo largo de un río que en un momento dado se convirtió en el Fırat, mejor conocido en castellano como el río Eufrates. Los cañones de piedra entre los cuales el río jugaba, me parecieron nobles, monumentales, estoicos ante la despiadada nevada. Más allá de los paisajes agrestes, pasado el pueblo de Erbaş algo detrás de los cristales capturó la atención de todos cuantos íbamos en el vagón número dos. Enmedio de la incesante nevada una forma furiosa, pesada, se afanaba en avanzar por la blanca ribera del río. Pensé que se trataba de un perro gordo. La vida en las ciudades ha conseguido que olvidemos sombras ancestrales que poblaron los sueños y pesadillas de nuestros antepasados, sustituyéndolas con siluetas con las que nuestra mente domesticada está más familiarizada. Hoy, dos días después, y a cientos de kilómetros de distancia continúo pensando en aquel jabalí. Algo poético había en aquella bestia solitaria. Intuyo que estábamos destinados a recordarla, y a olvidarla así, porque en su fantasmagórica fuga no tuve tiempo de echar mano de la cámara para probar más tarde que aquello no había sido un sueño.
Paisaje entre Devriğri y Erzincan, mañana del miércoles 1 de Febrero de 2012 |
* El Doğu Ekspresi pasa normalmente por Devriğri a las 9:27AM en su ruta hacia Erzincan, Erzurum y Kars. El miércoles pasado llegó con al menos 7 minutos de retraso, lo que para mi fortuna me otorgó el tiempo suficiente para bajar desde la Ulu Cami, - Gran Mezquita -, encontrar la estación, comprar mi boleto y sentarme a esperarlo durante aproximadamente un minuto y medio; no sin la ayuda, desde luego, de varias personas - incluyendo a uno de los mecánicos del taller de locomotoras cercano, un chico que trabajaba en una de las tiendas del pueblo y un amable señor con un impedimento del habla, que me auxilió luego de que, tras el cuarto resbalón de aquella mañana, finalmente tuviese un encuentro, algo íntimo, con la nieve, que me dejó, por decirlo de alguna manera, vestido de gala.
Estoy disfrutando mucho de tus posts.
ResponderEliminarKeep writing,you do it so well.